lunes, 26 de diciembre de 2011

Cómo disponernos a la paz




¿QUÉ ES LA PAZ VERDADERA?

Por Thich Nhat Hanh


La paz verdadera siempre es posible. Sin embargo, requiere fuerza y práctica, especialmente en tiempos de grandes dificultades.

Para algunos, la paz y la no-violencia son sinónimos de pasividad y debilidad. En realidad, practicar la paz y la no-violencia no es nada pasivo. Practicar la paz, hacer que la paz viva en uno mismo, significa cultivar de forma activa la comprensión, el amor y la compasión, incluso frente a los malentendidos y los conflictos. Practicar la paz, especialmente en tiempos de guerra, requiere coraje.

Todos nosotros podemos practicar la no-violencia. Se empieza por reconocer que, en las profundidades de nuestra conciencia, a la vez se encuentran las semillas de la compasión y las semillas de la violencia.

Tomamos conciencia de que nuestra mente es como un jardín que contiene todo tipo de semillas: semillas de comprensión, semillas de perdón, semillas de atención, y también semillas de ignorancia, miedo y odio. Nos damos cuenta de que en cualquier momento podemos actuar con violencia o bien con compasión, dependiendo de la fuerza que tengan estas semillas dentro de nosotros.

Cuando regamos las semillas de ira, violencia y miedo varias veces al día, crecen con más fuerza. Entonces somos incapaces de ser felices, incapaces de aceptarnos a nosotros mismos; sufrimos y hacemos sufrir a los que nos rodean. Pero cuando sabemos cómo cultivar las semillas de amor, compasión y comprensión, estas semillas se harán fuertes y las semillas de violencia y odio se harán cada vez más débiles.

Si entendemos esto, ya estamos de camino hacia la paz.


Publicado en revista Resurgence:
http://www.resurgence.org/magazine/author136-thich-nhat-hanh.html


LLAMADME POR MIS VERDADEROS NOMBRES
Por Thich Nhat Hanh

No digáis que partiré mañana,
pues aún estoy llegando.
Mirad profundamente; estoy llegando a cada instante,
para ser brote de primavera en una rama,
para ser pajarillo de alas aún frágiles,
que aprendo a cantar en mi nuevo nido,
para ser mariposa en el corazón de una flor,
para ser joya oculta en una piedra.
Aún estoy llegando para reír y para llorar,
para temer y para esperar.

El ritmo de mi corazón es el nacimiento y la muerte
de todo lo que vive.
Soy un insecto que se metamorfosea
en la superficie del río.
Y soy el pájaro
que se precipita para tragarlo.
Soy una rana que nada feliz
en las aguas claras del estanque.
Y soy la serpiente acuática
que sigilosamente se alimenta de la rana.
Soy el niño de Uganda, todo piel y huesos,
mis piernas tan delgadas como cañas de bambú.
Y soy el comerciante de armas
que vende armas letales a Uganda.
Soy la niña de doce años,
refugiada en una pequeña embarcación,
que se arroja al océano
tras haber sido violada por un pirata.
Y soy el pirata,
cuyo corazón es aún incapaz
de ver y de amar.
Soy un miembro del Politburó
con todo el poder en mis manos.
Y soy el hombre que ha pagado
su "deuda de sangre" a mi pueblo
muriendo lentamente en un campo de concentración.

Mi alegría es como la primavera, tan cálida
que hace florecer las flores de la Tierra entera..
Mi dolor es como un río de lágrimas,
tan vasto que llena los cuatro océanos.

Llamadme por mis verdaderos nombres, os lo ruego
para poder despertar
y que la puerta de mi corazón
pueda quedar abierta,
la puerta de la compasión.

Thich Nhat Hanh
Llamadme por mis verdaderos nombres. Editorial La llave, 2001




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