domingo, 27 de enero de 2013

Gangaji: "Mi mensaje central".



PASIÓN Y DESAPEGO

Por Gangaji*

 

“He recibido una carta que plantea  un tema muy importante:

“La semana pasada estuve en tu satsang en Sidney. Te doy las gracias por reflejar mi apertura y mi deseo de conocer la verdad. Sin embargo, hay una pregunta que ha estado conmigo desde que entonces. He discutido esto con algunos de mis amigos que también estuvieron en tu satsang, y ahora, a todos nos gustaría saber. La pregunta es sobre pasión y desapego.

Yo experimento la pasión como la fuerza que me mueve, mi inspiración, excitación y motivación. La pasión, para mí, es un sentimiento de estar totalmente en la tierra, en este mundo.

Mi experiencia con el desapego es, sin embargo, un sentimiento de vacío, más como el observador, y no necesariamente en este mundo, y, por lo tanto, mi pasión desaparece, porque da igual. Uno se siente bien también, pero no parece  práctico.

Mi pregunta es, ¿cómo podemos permitir ambas experiencias de forma simultánea?”

Qué pregunta más bonita. Esta es una pregunta que viene de un espacio de real investigación.

“Porque no estoy segura de cómo ser una mujer de negocios, una compañera comprometida con mi relación, una madre dedicada,… sin sostener la pasión.”

Esta es una pregunta excelente.

Existen explicaciones muy sofisticadas sobre cómo funciona el mundo de la manifestación. Muy sofisticadas basadas en una aguda observación de los fenómenos, que se dividen en el Ying y el Yang, que es como decir, agua y fuego.  O como decir, no y sí. Acción- no acción. Hacer- no hacer. Y todos estos fenómenos vienen de esa primordial unidad que se llama Ying; Ser. Es la polaridad de la mente, al principio se hablaba de ello en términos de polaridades del cuerpo y, en equilibrio, el Ying y el Yang están en harmonía.

Tal como dices, ¿cómo es posible vivir, al mismo tiempo, apasionado y distante?.  Y solo es posible si se reconoce que la base del Ying es Amor.  En Amor, en el Amor verdadero, hay pasión que mueve montañas. Y divide mares. Y el poder de esta pasión radica solamente en que no existe ningún apego a la forma. Hay una disposición. Hay, más allá de una disposición… hay un “haber dejado” el apego a la forma. Esto es lo que significa no apego. Y, en ese desapego, el amor tiene su camino.  El amor dirige la vida. Y hay una pasión exquisita que puede ser activa o inactiva.

La gente tiene ideas muy extrañas basadas en esta palabra; desapego. Que vienen, primordialmente, de estudios budistas. Pero el desapego de los Budas, la mayoría de las veces era con una actividad total, y compasión, y acción en el mundo.

El desapego de Ramana… cuando la gente iba a ver a Ramana, él discutía con ellos, se reía con ellos, estaba tan desapegado de su propia historia, de quién es, de qué necesita,  de lo que consigue o no consigue, que podía, realmente, ser. Con lo que apareciera. Con cualquiera que apareciera. Con cualquier apariencia que se mostrara.

O sea que cometemos un grave error cuando separamos desapego y pasión.  Es el mismo error que cometemos cuando separamos Bakti o devoción y Gnana o conocimiento verdadero. No hay ninguna separación.  Cuando hay una rendición absoluta. Si estás totalmente dedicado. Apasionadamente dedicado. Con todo tu ser. Entonces estás desapegado de tu historia, de tu sufrimiento. Y en ese desapego, un verdadero Gnana, el conocimiento de quién eres, se revela a sí mismo. Si eres un Gnani verdadero y has indagado en la profundidad de ¿quién soy?, hay una explosión de amor apasionado.

Sé que a menudo, lo que se llama amor en nuestro mundo no es otra cosa que obsesión. No estoy hablando de obsesión. Eso es solo sufrimiento. Estoy hablando sobre la pasión de vivir totalmente, plenamente, completamente, como quién eres. Sin ningún apego a cuál es el resultado, a cuál es la experiencia, a cuál podrá ser la comodidad o la incomodidad.

Si no,… ¿de qué va todo esto?

De verdad,..

¿Estamos solamente intentando conseguir iluminarnos?  ¿Sólo para conseguir algo? 

¿Estamos solamente intentando adquirir algún estado para ser superiores a otros que no han llegado a ese estado?

O algún conocimiento especial…

¿Para qué?

Quiero decir, ¿qué es lo que da esta búsqueda?

Es electricidad. No es que, al final de la búsqueda haya un estado en blanco final que uno ha conseguido. El fuego, la electricidad, cuando se encuentra con el agua del desapego es Shiva abrazando a Shakti y sabiéndose a sí mismo como una totalidad.

A menudo he visto grupos espirituales, o grupos religiosos ,con las mejores intenciones, pero teniendo ciertas ideas sobre lo que significa ser espiritual o sobre cómo se debió sentir Buda al estar desapegado, o sobre qué quiso decir Cristo en una situación determinada. Entonces empiezan a imitar todo eso, y normalmente el resultado es una rutina, una represión, una rigidez, una imitación de desapego, una imitación de amor en acción.

Pero el desapego, como reconocimiento, no se parece a nada, nunca se ha visto antes, no tiene nada que ver con el pasado.

Y la pasión es la totalidad del fuego del amor, ardiendo toda noción de quien soy, o quién eres, o qué es, o qué era, o qué será. De manera que hay un abrazo de “es” con “es”, uno y el otro se encuentran y se reconocen a sí mismos como un todo. Esto es el verdadero, el verdadero tantra.  Que no necesita intimidad sexual, no necesita intimidad física, ni tan siquiera necesita la proximidad de la forma… No excluye la intimidad sexual, no excluye la proximidad de la forma, pero que se ha encontrado y se continúa encontrando a sí mismo.

 

Fuente: “The Truth Alive in You”. Disco nº 5

Traducción: Eva Escolà

Publicado en:

http://www.gangaji.es/Lecturas_de_Gangaji.html

     

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*Gangaji

 

Gangaji, cuyo nombre original era Merle Antoinette (Toni) Robertson, nació en Texas en 1942, pasando su infancia y parte de su juventud en el estado de Mississippi (EE.UU.). Después de graduarse en la Universidad de Mississippi en 1964, se casó y tuvo una hija. En 1972 se trasladó a San Francisco, donde empezó a explorar los niveles más profundos de su ser.

 

Como muchos de sus contemporáneos, buscó la satisfacción y la plenitud en las relaciones, en su carrera profesional, en la maternidad, en el activismo político y en la práctica espiritual.

 

En su búsqueda de la verdad tomó el voto del Bodhisattva, practicó meditación Zen y Vipassana, y ayudó a dirigir un centro de meditación budista y trabajó también como acupuntora.

 

Sus éxitos profesionales, personales y políticos no lograron eliminar  un profundo y persistente anhelo de realización. La respuesta a su petición de ayuda le llegó inesperadamente en 1990, junto al río Ganges, en la India. Allí encontró a quien sería su maestro, Sri Poonjaji (H.W.L. Poonja), un discípulo de Sri Ramana Maharshi. En ese encuentro con su maestro, a quien amorosamente llama Papaji, descubrió la verdadera plenitud que había estado buscando toda su vida. Él le mostró la forma de reconocer a su verdadero Ser.

 

"El extraordinario evento en esta vida fue encontrar a Papaji. Hasta entonces había estado buscando lo trascendental o lo extraordinario por todos lados, pero después de encontrarme con Papaji, empecé a buscar lo extraordinario en cualquier momento".

Actualmente Gangaji viaja continuamente por todo el mundo dando charlas en las que comparte con sus oyentes su directa experiencia del mensaje esencial que recibió de Papaji. A través de la autoindagación, tal como la enseñaron Ramana Maharshi y Papaji, ella muestra el camino de la libertad a cuantos quieran oírla.

Publicado en:

http://www.advaitainfo.com/maestros/gangaji.html

 

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